jueves, 8 de septiembre de 2011


Desde su aparición hasta la fecha, las armas nucleares no han hecho otra cosa que proliferar.
El fin de la guerra fría pareció distender el panorama de una posible conflagración nuclear, pero esta conclusión era solo aparente y solo parece haber descomprimido la presión de la opinión pública sobre el tópico. La verdad es que el cuadro actual resulta varias veces más peligroso que el anterior.
Existen, lo sabemos, miles de individuos capaces y dispuestos a sacrificar su vida para perpetrar atentados. Se organizan clandestinamente y los mueve el odio hacia EEUU y hacia todo lo que esté cerca de él.
Existen naciones cercanas a la tecnología bélica nuclear o que claramente ya la poseen que son igualmente enemigos de EEUU. Claro, ninguna de estas naciones se lanzará a un ataque suicida contra el gran país del norte pero ¿por qué no proveer armas a aquellos otros que sí se suicidarían con tal fin?.
La posibilidad de que los grupos terroristas lleguen a conseguir armas nucleares para sus atentados está cerca. Peor aún, en el futuro parece estar determinada. Tarde o temprano, las agrupaciones terroristas tendrán acceso a armas nucleares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario